El viernes, ha amanecido el día lloviendo sin parar, al menos en Zaragoza.
Al medio día, ya en Loarre, parecía que iba a seguir igual.
Sin embargo, en muy poco tiempo

ha aparecido el sol y el cielo se ha despejado.
Ya teníamos la procesión segura.

Alejandro ha hecho la primera guardia ante el Santísimo en la iglesia de Loarre a las 5,30 con su amigo Manuel. En total, dos ratos de guardia.

A las 6 ha llegado su hermana Leonor a la que no ha hecho ni caso, y ella asombrada dudaba si era una estatua.

A las 8 empezó la procesión por las calles de Loarre, con los pasos: la dolorosa, el nazareno y el Señor en la cama. Hasta las 9 de la noche en que regresaron a la Iglesia para escuchar la última estación y cada uno a su casa.

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