La forma de pago era en especie y por ello les subían cordero o cebada para los caballos y era el comendador, es decir la persona que estaba al frente de todos, el encargado de recibirles. Ahora esta tradición se ha convertido en una actividad que cuenta con una muy buena acogida por parte de los alfambrinos así como también por parte de los pueblos vecinos.
Este año como comendador se cuenta con Antonio Martínez Gómez, procedente de Guadalaviar pero que tiene relación con el municipio dado que está casado con una chica del pueblo. En la actualidad participa en todo lo que tiene lugar en Alfambra y fue uno de los principales colaboradores cuando se puso en marcha el Museo de la Remolacha.
El Alcalde, Villamón, destaca que “es una figura que vamos dando a gente que es del pueblo o que han colaborado con el mismo, como es el caso de Monseñor Santos Abril, que en estos momentos está en el Vaticano, y que también fue comendador. Todos los que hemos nombrado hasta ahora lo han admitido con gusto y con ganas, parece que están esperando cada año su turno cuando se les da el cargo”. Además antes de la Subida a la Encomienda el comendador también es protagonista de la fiesta puesto que se encargará de dar lectura, este sábado a partir de las seis de la tarde, a un fragmento del Fuero de Alfambra y posteriomente dejará plasmada su firma en el libro de honor del municipio.
Programa de los actos de la Villa en la subida a la encomienda |
A lo largo de los tres días que dura la celebración los vecinos montan haimas en la plaza del pueblo, unas haimas que llevan el nombre de las ordenes militares que pasaron por el municipio como es la nativa del pueblo, Montegaudio, pero también están las del Temple o Santiago entre otras. Además todos llevan vestidos de la época y se diferencian unos de otros por las capas, de diferente color y con diferente escudo.