Os deseo que este Niño, en ese gran misterio que se renueva cada Navidad, nos de lo necesario para seguir adelante dignamente, pero que os dote con total exceso del deseo y de la convicción de Amar a los demás, de estar al lado de los que sufren y sentir con ellos su amargura, para hacerla más llevadera, junto a los que nada tienen, compartiendo los bienes materiales que podáis y hombro con hombro de los que padecen, sin voz, la dureza cruel de la injusticia a ciegas de muchos poderosos del mundo. Con todo mi cariño, Anabel
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He estado una semana de vacaciones y a mi correo electrónico de mi trabajo me han llegado unas quince felicitaciones navideñas en formato electrónico. De esas 15, sólo una, tenía la imagen de un portal de Belén con el niño, San José y María, etc. El resto eran bolas de navidad, abetos, PapaNoeles, cajas de regalos, en algunas aparecía una vela. Si la Navidad es una fiesta religiosa ¿por qué quieren trasformarla en un mero intercambio de regalos? Sólo una de las felicitaciones contenía el verdadero signifcado de la Navidad…
Felices días,
Raúl
Gracias, Raul, pero lo que somos, ¿para que esconderlo?: Yo, además de católica tengo en cuenta una tradición y una cultura que sin estos motivos y referencias religiosas poco se puede entender. Intentar olvidar lo que uno es, además de difícil siempre se vuelve en contra.