También se podía haber titulado “El plácido sueño de una noche de primavera”, escribe su autor, Paco Coduras, Presidente Comité Comarcal Jacetania del Partido Aragonés.


La fiesta del Primer Viernes de Mayo, en Jaca, ha resultado ser una de las mejores ediciones. Sobre todo, por el calor popular, por la implicación de cada vez más vecinos de Jaca y su comarca en la propia fiesta.
Voy a confesar, porque creo que merece la pena, la conversación que tuve con Víctor Morlán, subsecretario de estado de infraestructuras del Ministerio de Fomento, buen amigo personal y político del alcalde de Jaca, Enrique Villarroya.
¿Qué tal Víctor; qué tal el viaje desde Madrid? Le dije a modo de bienvenida. Muy bien, gracias, me dijo. Vi que estaba pletórico; de esas veces que notas, que su habitual humildad, quiere dejarla a un lado para hablar de lo que a él le gusta: del progreso de las comarcas de su provincia, Huesca, a través de la economía efectiva que aportan las nuevas infraestructuras.
Mira, amigo Paco, me dijo, ha sido el viaje más tranquilo que he tenido nunca; y sobre todo, satisfactorio, porque he ido comprobando lo bien que ha quedado toda la autovía.
Es más, te voy a contar un pequeño secreto, que no lo sabe ni mi querido amigo Enrique. Llegué a Jaca, anoche. Salí de Madrid, por la mañana, muy tranquilo, porque el Ministerio, desde que está Blanco, va como la seda por tierra, mar y aire; ¡qué se lo pregunten a los controladores! je, je, je, rió con sorna; y con la campaña política actual, en la que vamos hacia una amplia mayoría en todas las autonomías de España, le dije: Pepe, que me voy a matar el moro a Jaca. Pues marcha, Víctor que sé que te van a hacer un gran recibimiento.
Así que a las nueve salí y, oye, ¡cómo ha quedado la nueva autovía de Madrid a Zaragoza! Ni enterarme del viaje. Como llegamos muy pronto a la capital maña, continuó narrándome, dije a mi chófer: vamos por la nueva autovía hacia Alcañiz. Impresionante, chico, impresionante. ¿Con esa autovía, ya se puede pedir un gran premio de Fórmula 1? le pregunté. Ya lo tenemos, pero no lo podemos decir. Sabes, me dijo, bajando la voz, ha sido una gestión de Eva Almunia, le encanta la F1. Pues yo pensaba que lo que le encantaba era esquiar en Aramón-Formigal. No seas malo, Paco, que esa carta tuya fue algo dura y le dolió.
El sol caía duro sobre la Jaca del mediodía de mayo. Llegaba a lo lejos el Conde Aznar cuando Víctor quería seguir contándome cosas.
En Alcañiz, me tomé una tapa con caña y dije a mi conductor: vamos a Lérida, quiero hacer la autovía completa hasta Jaca. ¡Qué placer! Apagué el móvil. ¡Cómo ha quedado! Además, como estrenamos nuevo límite de velocidad a 140 km/h por insistencia de todos… el viaje, en un relámpago.
Saludos al Conde Aznar; qué bien lo hace este chico; qué buena fiesta; qué bien prepara Enrique este día-masaje, recalcó Víctor Morlán.
Al pasar por Sabiñánigo, siguió hablándome, llamé al consejero navarro de obras públicas y le dije: estoy casi, en Jaca, te invito a comer allí, en Pamplona; en menos de una hora llego.
Hablamos de lo bien que había quedado todo. Mira, le dije, he pasado por el eje Jaca-Sabiñánigo y qué transformación, tras la apertura de la autovía. Está el polígono público de Martillué repleto de negocios; la parte privada de Pardinilla también casi a tope y no te quiero contar cómo ha funcionado este invierno el domino esquiable Astún-Candanchú, con más de 110 km esquiables unidos. Casi todos sus clientes llegan desde el centro y norte de España en menos de 5 horas.
Pero lo mejor de todo, amigo navarro, es que ya estamos ultimando el nuevo canfranero, con alta velocidad hasta Jaca y con la impresionante plataforma de transferencia de mercancías que complementará ese eje Jaca-Sabiñánigo y que es, también, aduana para con países terceros.
Tengo que reconocerte que fueron muy insistentes mis compañeros de Aragón, para la reapertura y, claro, qué no iba a hacer yo por mi tierra y por unas ciudades como Jaca y Sabiñánigo y ambas comarcas. Te confieso que a mi edad ya no me corto un pelo, todo lo que pueda traer hasta el Altoaragón lo hago. Ahora, tengo un conflicto pequeño, no obstante, dentro del partido: quieren que uno de los trenes nuevos que pasen a Francia, se llame el “Enrique Villarroya”. ¡Me ha ayudado tanto a conseguir todo para su zona! El no lo sabe, pero seguro que le hará mucha ilusión.
En un momento de la fiesta, se nos acercó la consejera de cultura del GA, María Victoria Broto: chicos, qué os estaréis diciendo, que lleváis toda la mañana charra que charra. Nada importante, Mariví, le contestó; que le digo a Paco Coduras que he quedado con el Gobierno Navarro para hacer un gran polígono logístico, en la Zona de la Canal de Berdún, tal y como prometió Marcelino Igesias en la campaña de 2008, ya que a ellos también les interesa. Los polígonos de Sigüés, Berdún y Santa Cilia y el de Bailo están ya completos. Nos ha costado, Mariví, pero ahora cada vez son más los que asocian socialismo y progreso, aquí, en nuestra querida y amada tierra. ¡Si es que eres un figura, Víctor, un figura! le concretó la consejera.
Tras el segundo trabucazo al aire, me preguntó Víctor Morlán si sabía si todos los expedientes de expropiación habían sido resueltos. Pues claro, le contesté, tu orden de acelerar todo dio resultado; ya se sabe, el que tiene padrino… En los pueblos te están muy agradecido, le dije como agradeciendo su esfuezo.
Cuando entré  en Fomento la autovía Pamplona-Lérida era casi un sueño, ahora ha supuesto la supervivencia de toda esta zona y… ¡¡¡riiiing, riiiing, riiiing!!! Paco, ¡despierta! Hoy tienes que ir al Primer Viernes de Mayo y has puesto tarde el despertador.
Pero si ya ha sido la fiesta, fue ayer. Qué no, qué es hoy, ¡despierta! Y no te olvides de coger los cuarenta pitos que compraste para chiflar al paso del subsecretario. Pero, ¿por qué lo vamos a hacer? No entendía nada. Salí de casa y cogí el coche. ¿Y la autovía? La carretera, la misma; en Santa Cilia, nada nuevo y la zona del cementerio de Jaca, con gente volviendo al centro. Era como un sueño.
Una nube espesa recorría mi mente. Tuve que pellizcarme varias veces, para ver si  cuanto sucedía era un sueño o estaba ya en la vigilia.
Cuando saludé  al subsecretario, Víctor Morlán y vi su cara,  comprendí que estaba tan en la realidad, como que al menos por unos minutos había sido feliz, en un plácido sueño de primavera.
Los cuarenta pitos fueron a manos de unos chavales; y el subsecretario, feliz él, comenzó el paseo triunfal. Tal vez en alguna edición vea mi sueño realizado.

Bookmark and Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *